LILITA RECARGADA – lo moral no quita lo corrupto

LILITA RECARGADA – lo moral no quita lo corrupto

Ese triunfo que pareció más una derrota expone,  a los diferentes actores de la coalición que gobernó el país desde el 10 de diciembre de 2015 hasta el 10 de diciembre de 2019, al claroscuro de los intereses que animaron a cada facción a “juntarse” con el PRO.

Así es como podemos ver que los radicales, en su intento de escalar posiciones, presionan con la pretensión de ocupar lugares que perdieron desde el congreso de Gualeguaychu.

Al “larretismo” (¿las palomas?) intentar repartirse las “locaciones posibles” en el 2023 y acomodan en el gobierno de la ciudad a aquellos que puedan servir para la campaña nacional y sobre todo en la provincia de Buenos Aires.

Estos dos sectores pugnan por colocar en los bloques legislativos a “delincuentes y corruptos” de acuerdo a las palabras de la guardiana de la moralidad y las buenas costumbres Lilita Carrió. Con su admonisión habitual dijo muy concretamente, «No es un problema de prejuicios sino de prácticas. ¿Qué viene para Cambiemos? Si no ponemos caras decentes, experimentadas y sin demasiados antecedentes de todo tipo les va a estallar la figura en la cara de todos ustedes».

En tanto Mauricio Macri aprovecha la ocasión y expresa que “Sin un nuevo contrato moral vamos al que se vayan todos”… Esas fueron las palabras de Lilita ayer en el 20 amiversario de la Coalisión Cívica.”

Moral, en este caso, no es sinónimo de bueno.

De esta forma los presuntos halcones conforman el grupo de los “morales” (Gerardo no debería estar contento) que apuntando al 2023 van a mostrar los “rostros” convenientes.

Más allá de que sicólogos y siquiatras tendrán mucho trabajo para explicar que significa todo esto, desde lo político tiene una sola lectura, “endurecer las posiciones y trabar todo intento de solucionar los problemas sembrados en los cuatro años de gobierno de Macri”.

Más allá de que sicólogos y siquiatras tendrán mucho trabajo para explicar que significa todo esto

En el medio de la tormenta queda Alberto Fernández y su intento de conformar un entendimiento para unificar criterios en función de la crisis que ya está presente, y él presidente “tiene la lapicera”.

tal vez para impedir que este “entendimiento” con el gobierno sea viable con los nuevos legisladores y obligar al Senado a trabar cualquier acuerdo con el FMI

Lilita presiona con su presunta moralidad diciendo que, «Sepan lo que eligen en la presidencia de los bloques. Yo no me fui de un partido que tenía corruptos para venir a hablar con los hijos privilegiados de esos corruptos, que manejaron Medicina o la Franja de Ciencias Económicas con la mayor corrupción que se conoce en la historia», tal vez para impedir que este “entendimiento” con el gobierno sea viable con los nuevos legisladores y obligar al Senado a trabar cualquier acuerdo con el FMI que no responda al plan trazado por Macri y Cía por el cual se ataría a la Argentina a entregar toda la soberanía, es decir impedir el crecimiento económico real.

Moral, en este caso, no es sinónimo de bueno. Es un concepto vacuo y equívoco dirigido a ese sector que en su odio al peronismo tome otra vez a Macri como la tabla de una salvación ficticia.

Los índices económicos indican que “porqué pasaron cosas” en el período desde 2015 hasta 2019, la clase media media la pasó muy mal, se cerraron miles de Pymes, las multinacionales despidieron a miles de obreros y empleados, aumentó la pobreza y la indigencia, se aumentó los planes sociales para evitar los estallidos, se paralizaron obras públicas, se cerraron escuelas y universidades, se fugaron millones de dólares a paraísos fiscales y lo peor se condenó al pueblo por décadas a pagar una deuda que solo disfrutaron unos pocos.

Entonces, en la nueva dimensión de lo moral habrá que revisar la tabla de valores y ver en qué bando estamos.

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